El rincon de la fibra de vidrio
Estimados amigos bugueros. Bienvenidos a este rincón que dimos en llamar: “El rincón de la fibra de vidrio”. Trataremos aquí un conjunto de temas relacionados con este material tan útil e importante para la construcción y mantenimiento de nuestros Buggys y a la vez, tan desagradable que pica como los dioses, irrita los ojos, llena la ropa de polvillo y tapiza nuestro taller de pelusas. Como nos resulta tan importante como molesto, explicaremos su utilización y los cuidados que se requiere.
Un poco de historia…
Las guerras suelen ser, lamentablemente, un acelerador de adelantos tecnológicos modernos, entre los que se encuentran los “Plásticos reforzados con Fibra de Vidrio” (P.R.F.V.), más comúnmente llamada “Fibra de Vidrio". Durante la segunda guerra mundial la construcción de elementos aeronáuticos en aluminio o acero requerían para su fabricación, de grandes y ruidosas estampadoras. El ruido producido por éstas les jugaba en contra; se podían escuchar a la distancia y ser así, blanco fácil para el enemigo. El bombardeo de dichas factorías era entonces inminente. Trasladarlas resultaba lento y muy problemático por toda la logística que debería desplegarse. El P.R.F.V. fue la solución perfecta para estas voluminosas matrices, haciéndolas desarmables, fáciles de trasportar, con nulo nivel sonoro y demandaban poca energía eléctrica para la elaboración de las piezas. Todo esto convertiría al P.R.F.V. en un material ideal. Su aceptación fue total. Lejos de aquellos días, este material hoy muy popular, es el motivo de nuestro encuentro en el “Rincón”.
Bruce Meyers, -creador del Buggy Manx- había tenido experiencia como constructor naval por lo que supo ver, en los plásticos reforzados, una gran herramienta para su proyecto. Su modelo de inspiración: el SPORTER de EMPI construido en chapas de aluminio y líneas rectas, que fuera mejorado gracias al P.R.F.V. Este material le permitió jugar con líneas mas agradables que su antecesor Bruce nos cuenta “Yo no invente el cochecillo de la duna, invente este estilo de cochecillos”. Su estilo fue inconfundible y logro grandes seguidores en el mundo entero. Así nacía el “estilo Buggy” vinculado para siempre con la fibra de vidrio.
Este rincón tiene el propósito de ayudar a los bugueros en la tarea de reparar y/o restaurar un buggy sin recurrir a especialistas del P.R.F.V.
Introducción a los P.R.F.V y presentación de lOs elementos necesarios para su elaboración.
Algo ya hemos dicho de cómo, cuando y porque nacieron los denominados “Plásticos Reforzados”. Toca ahora hacer algún comentario básico acerca del sentido que tiene el uso de este material en la vida cotidiana. Se trata de un material útil para fabricar piezas de difícil reemplazo; únicas o que se requieren en pequeñas cantidades, y buenas condiciones de estabilidad. Asimismo, ofrece la posibilidad de reparar piezas dañadas al permitir continuar una superficie de otro material. Esto ha permitido que la fibra de vidrio sea aplicada en actividades tan distintas como la reparación de juguetes o la fabricación de carrocerías; la construcción de tanques de agua, piletas hogareñas, embarcaciones o la reparación de partes de artefactos importados de reposición difícil y costosa.
La pieza de PRF, en sí misma, se logra combinando dos elementos protagónicos en esta disciplina: un paño de “fibra de vidrio” a modo de fieltro extensible y una “resina poliéster” que se unta sobre la fibra para darle consistencia y, consecuentemente, forma. Por su parte, la resina requiere de un “catalizador” sustancia que se adhiere a la resina antes de aplicar ésta al tejido de fibra de vidrio. Con el catalizador, la resina adquiere su poder endurecedor que rigidiza la manta de fibra en la posición en que la hemos moldeado. Por último, debemos mencionar que suele usarse un “acelerador” que acorta el proceso de endurecimiento que sufre la resina con el catalizador.
Veamos los materiales de a uno:
Fibra de vidrio:
El paño de fibra de vidrio es un fieltro multidireccional formado por millones de astillas de vidrio compactadas y dispuestas en todas las direcciones, de forma de conformar una superficie que se presenta en forma de lienzo y se puede doblar, enrolar y almacenar como si se tratara de una tela. Existen diferentes gramajes de fibra de vidrio, dependiendo de la cantidad de material que forma el fieltro y, por tanto, su peso y grosor. Las más comunes son las de 300 Gr/m2 y 450 Gr/m2 (gramos por metro cuadrado)
Una variante distinta pero complementaria es el denominado “rowing” que es una tela tramada de hebras largas de fibra de vidrio, de mayor consistencia, dureza y resistencia. Se utiliza para confeccionar piezas que serán sometidas a un esfuerzo mayor o se la combina con fibra común para dar fortaleza y elasticidad a la pieza a fabricar, a modo de “esqueleto” del tejido que se confeccionará.
Fibra Rowing
Todos estos materiales son a base de vidrio; sin embargo, en los últimos 20 años se han generalizado algunos materiales que compiten con ventajas como la “fibra de carbono” y el “Kevlar”. Ambas son más resistentes y más livianas que la fibra de vidrio pero mucho más caras y por eso la vieja y querida fibra de vidrio no parece correr riesgos de desaparición en el mundo de los “hobbystas”.
Resina poliéster
Se trata de un líquido algo viscoso o denso, que está destinado a formar una estructura sólida al ser aplicado sobre el pliego de fibra de vidrio. Una vez solidificado, ambas constituyen un elemento inseparable y la fibra habrá tomado la forma deseada.
Para trabajar cómodamente con resinas poliéster existe un diluyente que varia la viscosidad, facilitando su aplicación sobre la fibra. El diluyente más difundido se llama Monómero de Estireno y a diferencia de lo que generalmente uno conoce como "diluyente", el mismo polimeriza junto a la resina, de forma que integra la masa; es decir que no se evapora como un solvente.
La resina es un elemento químicamente incompleto que requiere de un catalizador para su solidificación, por lo que deberá ser mezclado con este elemento para cumplir su objetivo de solidificar y dar así forma a la tela de fibra de vidrio.
El “catalizador” es el elemento que produce el endurecimiento de la resina poliéster, para que a su vez, ésta dé forma a la fibra de vidrio. El catalizador más usual es el Peróxido de Metil Etil Cetona, comúnmente denominado MEK; líquido incoloro que completa la estructura molecular de la resina.
Por último, los tiempos de la solidificación de la resina en contacto con el catalizador pueden ser acortados mediante el uso de un “acelerador químico” que modifica la velocidad de reacción de las resinas poliéster en combinación con el catalizador. El de uso más común en nuestro medio es el Octanoato de Cobalto, un líquido de color azulado que generalmente se vende a una concentración del 2% en monómero estireno (aunque también hay otras concentraciones). Así las cosas, la fibra y la resina son un par como “Batman Y Robin”; inseparables… pero en este caso de verdad!
Los interesados en este material habrán oído hablar de un elemento denominado “GEL COAT”, (seguramente con las pronunciaciones más diversas). Se trata de una resina pigmentada y tratada para la protección de los rayos ultra violetas. El uso de este material sobre la fibra de vidrio otorga color a las piezas que hemos fabricado según las explicaciones anteriores. Suele usarse este elemento en la capa superficial de una pieza, para lograr mejor aspecto y protección de la misma.
Herramientas de taller necesarias.
Hemos presentado los elementos constitutivos de la fibra de vidrio moldeada con la forma deseada y en condiciones de ser terminada y usada. Toca ahora presentar las herramientas y distintos elementos de taller que debemos poseer para hacer nuestros trabajos de bricolaje.
Pinceles. Elemento fundamental de todo buen fibrero; para comenzar un pincel numero 15 es el mas práctico. No es imprescindible que sea de alta calidad. Sin embargo, es bueno que no deje pelos en su trayectoria, a fin de usarlo en las capas que serán las “de vista”
Lijas. Las de oxido de aluminio son las mejores para estas aplicaciones. Debemos contar con lijas de diferente graduación de rugosidad: desde 40, las más rugosas para desbaste, hasta 360, las más finas, para terminaciones bien lisas.
Varillas. Son para revolver, palitos de helados, (se encuentran tirados en cercanías de escuelas o kioscos) y se venden en cajas de bolsas, cajas y cartonería en general. Alguna varilla más grande puede provenir de una percha de madera o plástico que se nos rompiera y que nos permite su reutilización.
Pulidora. Podemos usar una amoladora hogareña, manual del tipo 4”1/2.
Termómetro se compran en un todo por 2 pesos de los chinos; los hay de alcohol, los de línea roja o de mercurio línea plateada
Balanzas. Pueden ser de las personales de baño, de las que tememos en casa para controlar (generalmente sin éxito) nuestra silueta. Es conveniente que posea barras graduadas, las hay también de hasta 10 kg
Compresor. El que se pueda o se tenga disponible. Suele ser un elemento caro por lo que sólo lo adquiriremos si decidimos seguir practicando el hobby.
Recipientes de varias medidas; desde los de 20 litros de pintura hasta los de 4 Kgs en que suelen estar envasadas las masillas plásticas, y algunos más pequeños de i litro con medias (las rayitas) o los más chicos como los que vienen con liquido de frenos.
Probetas, de 100cc. Para la resina poliéster.
Pipetas de 10cc para el acelerador, que debe tener letras blancas para su mejor lectura. Otro color se pierde cuando el cobalto las tapa.
Tijeras. Aptas para cortar cartón y papel con el fin de hacer alguna plantilla o modelos.
Cuter. Con un ancho de hoja de 2 cm.
Cepillo de alambre para la limpieza de pinceles.
Thinner y acetona para limpieza de los más variados elementos
Por último: trapos, trapos y más trapos!